lunes, 12 de febrero de 2018

HUMAREDAS NEGRAS


Hoy en día, cualquiera que eche un vistazo a su alrededor, inmediatamente llega a la conclusión de que las cosas no marchan bien.

Y es que nunca marchan bien las cosas. Nadie, en el fondo, está contento. Nadie, en verdad, es feliz. Se puede sentir la alegría, el gozo, los sueños…, pero siempre por un rato, por unas horas, por un tiempo…

Y a nivel de sociedad, para qué decir… Políticas denigrantes, desigualdades, ambiciones, mentiras, robos, independentismos, corrupción… Normas para favorecer las rupturas, la incredulidad, la desesperanza… Progresismos para dividir, alterar, romper… Ideologías para desestabilizar, aniquilar, destruir…

Y a todo esto, injusticias, crímenes, atentados, intolerancias, racismo, desempleo… Desigualdades horrendas, donde mientras unos viven en el lujo, la opulencia y el derroche, otros apenas tienen para ir tirando.

Y quejas, descontentos, críticas, intereses, peleas… Y a pie de calle, gran cantidad de divorcios, matrimonios gais, abortos legalizados, infidelidades, adulterios, madres solteras, violaciones, ideología de género, pederastia, violencia entre sexos, feminismo radical, que ha ido derivando, por la ley del péndulo, desde la lucha por la liberación del cuerpo de la mujer hasta un puritanismo rancio, donde hasta se prohíben cuadros de desnudos en los museos… En fin, como para echarse las manos a la cabeza.     

Por lo que concluimos que, sin duda, esto no va por buen camino, que así no se puede seguir, que acabará mal… Que el ser humano ha perdido el norte, sus valores, su grandeza, su altruismo… Que estamos desunidos, desorientados, perdidos, muertos.

Bien. De acuerdo. Pero no es cierto que todo esto sólo ocurra hoy. El hombre, desde que lo es, ha sido siempre el mismo. Dicen que en el Paleolítico eran igualitarios, que todo lo compartían…, sin embargo en Atapuerca se habla de canibalismo. Dicen que en el Neolítico todos participaban en el reparto de tareas, pero las diferencias de clases ya es más que evidente. Dicen que la fe antes sí que era valiosa, pero la misma Biblia, particularmente el Antiguo Testamento, está llena de violencia, castigos, opresión, persecuciones, invasiones, malos augurios, cautiverios, terror, guerras, con tomas de ciudades pasando a cuchillo a niños, mujeres y ancianos…

¿Terrible, entonces, esto que estamos viviendo en nuestro primer mundo…? ¿Terrible?... Terrible los sacrificios humanos a los dioses, la absoluta discriminación milenaria de la mujer, la esclavitud, los siervos del feudalismo, los súbditos de los reinos, los negros de la África colonizada, las hogueras de la inquisición… Terrible las contiendas, el caciquismo, el poder terrenal de la Iglesia, las miserias, las pestes, el analfabetismo, la incultura, las dictaduras, el fanatismo, la yihad, los campos de concentración, las cámaras de gas, los genocidios, las lapidaciones, los ahorcamientos a los homosexuales, las penas de muerte… Terrible los cristianos asesinados en infinidad de lugares, los que no pueden expresarse libremente, los que se montan con desesperación en las pateras y no llegan a la costa, los refugiados sin refugio, los que mueren por las bombas, o de hambre, o por falta de un medicamento básico, o por soledad…

No. Nada de que hoy esto va mal. Todo ha ido mal siempre, desde siempre, y peor, mucho peor antes, porque el mal lo lleva el hombre en su adentro…, igual que lleva el bien. De ahí que en medio de todas las humaredas negras que levanta continuamente sin poderlo evitar, encienda sin descanso, una y otra vez, una esperanzadora linterna para ver por donde acercarse más y más a la luz.              

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